cuando tu extraño palabrar
me dolía a los oídos
al indicarme el lavadero cercano
¡tus mejillas sonrojosas
me hacían sentir un marciano!
Pero, mientras lavaba mi ropa
y tú me acercaste un cubo
para hacerlo mejor
tu mirarme, quizá
te recordaba un lejano amor
y ya no me importaba tu idioma, no...
Y mientras tus vacas ordeñabas
una a una, ellas agradecidas
masticaban su cereal favorito
y tus nalgas, a cada ubre
se mostraban hacia mí
como en un sueño prohibido...
Y bajando a saltitos con tu mula
hacia mi cueva
para traerme lechugas
como nudista, no me importaba...
Pero a tu lanzar de lechugas
y a tu alejar de mula, ¡sí!
V-MMVI CHICLANA (CADIZ) -SPAIN-