Eran cuatro miopes de un grupo
y no veían adonde estaba la música
pero la encontraban todas las noches
volando con las notas y un poco de locura.
Una noche chunga un policía se les acercó
en una realidad de ritmo, y, yendo ciegos
ni viéndoles tampoco el uniforme
le trataron bien, como a uno de ellos.
Y a la mañana siguiente, se despertaron en una celda
sin ver ni saber adonde estaban..., ¡por las gafas rotas
huesos molidos y ojos morados
con signos en las nalgas de huellas de botas!
XXVI-I-MCMXCII MADRID (ESPAÑA)
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