Mi familia bestia ya se despertó al completo.
Son las 16 horas y algún minuto más.
Zarpazos y rugidos son los acostumbrados pléitos.
Ya..., yo, león cobarde, soy uno más.
Entre la leona madre y cuidadora
y el más pequeño, parecido casi más a un mono
(¡y también sus alaridos, claro!)
la casa parece una gran jaula, hueca, llena de hoyos...
En el atardecer, ya están todos despiertos:
los rugidos de la madrugadora tarde que empezó
traducidos, son hostias y palabrotas.
El hambre es egoísta y de comida, no hay bastante
todos se gruñen a ver quién más poder hoy se llevó
y a mí, león padre, poco me importa...
VIII-MMVIII CADIZ -SPAIN
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