En la medida de mis conocimientos
puedo ver, hablar, intuir, admitir
escuchar, proceder, discernir, competir:
tener calculados hasta mis pensamientos.
¡Y con el reloj en la cabeza voy razonando
hasta donde puedo llegar voy constatando
que la realidad la tengo en mis bolsillos:
como un buen ejecutivo ando por los pasillos!
De mi vida, condicionada por mis alcances
disfruto, sufro, y para nada me arrepiento:
¡he alcanzado la medida de mis conocimientos!
Y como un semidiós esgrimo mis petulancias
creyendo que ya lo tengo todo resuelto
¡olvidando que no sabré mi próximo momento!
XXVI-II-MCMXCII BRIHUEGA (GU) -ESPAÑA-
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