A pesar de que en el olvido te tengo
tu presencia aromática me hace necesitar tenerte
una y otra vez, entre mis labios.
¡Oh, mi deseada y anhelada nicotina!
Tu rubicundez y encantador sabor
me hace temblar con espasmódicos calambres
al no poder tenerte como de costumbre
entre la sien y mi oreja, después del café...
¡La poesía, querido cigarro apagado
no es sólo de amor entre personas fervientes
es también ese mechero perdido
al bañarme en el río y, llevado por la corriente!
III-MMVII CHICLANA (CADIZ) -SPAIN-
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